Cuando THEO VAN DOESBURG creó en 1917 un
movimiento de vanguardia, el Neoplasticismo (llamado también De Stijl), a
partir del título de la revista que Van Doesburg fundó con Modrian. En 1928 la revista dejó de publicarse, porque miembros de la revista no compartian la orientación personal de Theo. De hecho, Theo era el único que concebia el Neoplasticismo como una "vanguardia", para los demás era sólo un nuevo y más lúcido orden de cosas.
De Stijl no es una revolución contra una cultura envejecida a fin de renovarla; es una revolución dentro de una cultura moderna a fin de inmunizarla frente a los peligros de corrupción o impureza de la época.
Póster para el Dada Matinée, enero de 1923
En la poética neoplástica, el puro acto constructivo es estéstico; es decir, combinar una vertical y una horizontal o bien dos colores elementales, es ya una construcción. Es un principio en el que creen por igual un pintor como Modrian, un escultor como Vantongerloo y arquitectos como G.T. Rietveld.
No es éste, o almenos no lo es totalmente, el principio de Van Doesburg: dado que está convencido de que sólo un impulso genial, creativo, puede llevar a cabo la sintesi absoluta de las artes, combina la visión bidimensional y la esterométrica en una morfologia basada en las lineas oblicuas, y vuelve así a introducir un proceso dinámico que necesariamente termina por producir efectos constrastados y dramáticos para construir un espacio.
Ese espacio funcional está dividido estrictamente en superficies rectangulares, que no poseen ninguna individualidad por sí mismas. Aun cuando cada una está definida en función de las demás, pueden concebirse como si se extendieran hasta el infinito. Constituyen, por tanto, un sistema coordinado, en el cual todos los puntos corresponden a un número igual de puntos en el universo. De ello se desprende que las superficies tienen una relación directa con el espacio infinito, que establecen esquemas claros y decretan formas funcionales.
Roman Lopez