dilluns, 7 de juliol del 2014
J- Proyectar sin programa, ¿Realmente es posible?
En este post voy a adentrarme en un tema sobre el que puede haber debate: saber si es posible construir sin un programa definido o no.
Se puede entender la complejidad de este tema desde el mismo momento en el que afecta:h cuando pones la parte arquitectónica del cerebro a funcionar, es decir, cuando empiezas a proyectar. Generalmente, un arquitecto recibe un encargo de un edificio destinado a una función, lo que conlleva un edificio con un programa predefinido para ello. ¿Pero que pasaría si el encargo es simplemente un edificio cuyo único requisito indispensable es que sea funcional?
Me parece interesante llegados a este punto el añadir una vuelta de tuerca más al tema, y me ayudo de la animación flash del compañero Pau Cavaller: "función y forma".
En la explicación, el compañero debate acerca de la relación directa que existe entre la función y la forma, que una necesita de la otra. Si añadimos el programa esta ecuación todo parece mucho más complejo. Si bien se puede considerar cierto que la función persigue a la forma, y viceversa, en el momento que contemplamos el proyectar sin programa, el concepto entra de lleno en el centro de la operación, para separar la función y la forma y hacerles independientes la una de la otra. Esto es así porque cuando proyectas tienes en cuenta la función para generar una forma apta, que haga el edificio funcional.
Por otro lado, me parece interesante también la animación flash de Isabela Grotowicz, referente a la flexibilidad. En el texto "Fuck the programme?", Kees Christiaanse hace una crítica muy dura a este concepto, calificándolo de ingenuo y culpándolo de dar lugar a construcciones insípidas. Por esto, es importante tener en cuenta la posible función posterior que se va a realizar en nuestro edificio sin programa, pero no por esto hay que dejar que nuestras proyecciones carezcan de un carácter arquitectónico marcado.
Como conclusión, se puede decir que lo principal no es la función, o la forma, o la flexibilidad, sino proyectar edificios con el carácter arquitectónico suficiente para poder soportar el cambio que se le exija.
Se puede entender la complejidad de este tema desde el mismo momento en el que afecta:h cuando pones la parte arquitectónica del cerebro a funcionar, es decir, cuando empiezas a proyectar. Generalmente, un arquitecto recibe un encargo de un edificio destinado a una función, lo que conlleva un edificio con un programa predefinido para ello. ¿Pero que pasaría si el encargo es simplemente un edificio cuyo único requisito indispensable es que sea funcional?
Me parece interesante llegados a este punto el añadir una vuelta de tuerca más al tema, y me ayudo de la animación flash del compañero Pau Cavaller: "función y forma".
En la explicación, el compañero debate acerca de la relación directa que existe entre la función y la forma, que una necesita de la otra. Si añadimos el programa esta ecuación todo parece mucho más complejo. Si bien se puede considerar cierto que la función persigue a la forma, y viceversa, en el momento que contemplamos el proyectar sin programa, el concepto entra de lleno en el centro de la operación, para separar la función y la forma y hacerles independientes la una de la otra. Esto es así porque cuando proyectas tienes en cuenta la función para generar una forma apta, que haga el edificio funcional.
Por otro lado, me parece interesante también la animación flash de Isabela Grotowicz, referente a la flexibilidad. En el texto "Fuck the programme?", Kees Christiaanse hace una crítica muy dura a este concepto, calificándolo de ingenuo y culpándolo de dar lugar a construcciones insípidas. Por esto, es importante tener en cuenta la posible función posterior que se va a realizar en nuestro edificio sin programa, pero no por esto hay que dejar que nuestras proyecciones carezcan de un carácter arquitectónico marcado.
Como conclusión, se puede decir que lo principal no es la función, o la forma, o la flexibilidad, sino proyectar edificios con el carácter arquitectónico suficiente para poder soportar el cambio que se le exija.
Etiquetas:
flexibilidad,
Forma,
Función,
Programa
diumenge, 6 de juliol del 2014
J - INTIMIDAD
ENLACE DE LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA CON EL NUEVO CONCEPTO DE INTIMIDAD EN LOS ESPACIOS DOMÉSTICOS
http://arc.housing.salle.url.edu/sdr/private/entregas/4f042c87f423b99cea2f2957873edb76.swf
Autor: Llorenç Pons
Autor: Claudia Palacios
http://arc.housing.salle.url.edu/sdr/private/entregas/b528003bc724d8af49d9160e85d18be6.swf
Autor: Sergi Ballesté
Espacio cerrado |
Espacio abierto |
Del texto 'El espíritu nuevo en la Arquitectura' de Le Corbusier, entendemos que una geometría simple(hecho que condiciona la intimidad de la vivienda) solucionará los problemas de la arquitectura junto con las tecnologías nuevas y extraemos el siguiente resumen:
"Esta noche quisiera mostrar que la arquitectura de la época moderna ha salido de sus vacilaciones, que posee la técnica sana y poderosa capaz de sostener una estética, ya formulada, por otra parte, por prescripciones profundas; técnica absolutamente nueva, pura y homogénea; estética que es la conclusión de una época totalmente renovada y que, tras muchos avatares y caminos opuestos, ha logrado alcanzar, en lo mas hondo de nosotros mismos, las bases esenciales de nuestra sensibilidad, las bases puramente humanas de la emoción"
Él admira al ingeniero, parecido a la idea que tenía Loos. Al mismo tiempo la ingeniería es la solución práctica a un problema mientras que el objetivo de la arquitectura es emocionar.
Por otro lado, en el texto 'Hacia una arquitectura plástica' de Theo Van Doesburg, se tratan unos temas esenciales en cuanto a espacio e intimidad.
Los conceptos Espacio y tiempo son considerados en la nueva arquitectura. A través de la unidad de éstos, el exterior arquitectónico adquirirá un aspecto nuevo y plástico.
La nueva arquitectura es anticúbica, es decir, no trata de combinar todas las células espaciales funcionales en un cubo cerrado, sino que proyecta las células espaciales funcionales (así como las superficies que las cubren, balcones, etc.) centrífugamente desde el centro del cubo. De este modo la altura, la longitud y la profundidad más el tiempo adquieren una expresión plástica completamente nueva en espacios abiertos.
De esta manera, la arquitectura logra un aspecto más o menos fluctuante (corresponde al ingeniero saber hasta qué punto ello es posible desde el punto de vista constructivo), que contrarresta, por así decirlo, la fuerza de gravedad de la naturaleza, es decir, su interioridad o estructura propia.
Desmaterialización |
Se da pues, una desmaterialización para llegar a la esencia de la casa; a la destrucción de su intimidad.
Etiquetas:
Adolf Loos,
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Theo van Doesburg
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